Stevia

Siempre me ha gustado la repostería ( elaborarla y por supuesto saborearla), pero huyendo de sus calorías la dejé a un lado.

Había sustituido el azúcar blanco por el azúcar moreno, pero en muchos postres el color que le daba no era el más idóneo, así que terminé optando por los edulcorantes artificiales, hasta que leí un artículo que me puso los pelos de punta, y decidí desechar hasta la última gota.

En él analizaban cada uno de los edulcorantes artificiales que se comercializan actualmente y que resumo a continuación:

  1. La sacarina: Una investigación en Estados Unidos demostró la existencia de tumores de vejiga en ratas, pero no la quitaron del mercado, simplemente se vendía con una etiqueta que advertía el cáncer de vejiga en animales de laboratorio, pero que no estaba demostrado en personas. Años después quitaban esta etiqueta basándose en que habían administrado dosis extremadamente altas a las ratas y que en personas no se habían detectado este tipo de cáncer. Todo esto sin contar con las reacciones alérgicas que ha provocado.
  2. El aspartamo:  tiene hasta una enfermedad con su nombre: «enfermedad del aspartamo», así que con esto creo que ya lo he dicho todo.
  3. Sucralosa:  se descubrió cuando intentaban hacer un insecticida. Creo que también lo he dicho todo!

Me pasaría todo el blog hablando de los distintos edulcorantes, porque hay muchos, y de sus contraindicaciones e investigaciones que demuestran que no son nada saludables para nuestro organismo.

A la pregunta de por qué venden estos productos si son tan nocivos para la salud, yo me atrevo a responder que  por razones comerciales. Se debe ganar mucho dinero al vender un producto que promete no añadir calorías  a nuestro cuerpo, teniendo  en cuenta que el número de obesos en el mundo se ha duplicado en estos últimos 30 años.

Para tranquilizar a la población dicen que  las investigaciones donde  hallaron relación entre cáncer y distintos edulcorantes,  se realizaron  únicamente en animales de laboratorio y con dosis muy superiores a las que pueden consumir las personas en alimentos y bebidas, en algunos casos, de hasta 100 veces por encima del consumo promedio. Pero en mi opinión  esto lo dicen por cuestiones de marketing.

¿Y para  qué sirve estar delgados si  luego moriremos  de cáncer?
Hay otras opciones mucho más saludables, como por ejemplo «La Stevia».

La Stevia  es un producto natural muy endulzante, no es cancerígeno, no se altera con el calor de la cocción, retrasa la aparición de la caries (se usa para enjuagues bucales y pastas de dientes) y tiene cero calorías, siendo un verdadero descubrimiento para combatir  el sobrepeso y la obesidad.

Podemos encontrarla en varias presentaciones:

  • en hojas,como si fuera té, endulzando 30 veces más que el azúcar.
  • en solución acuosa, endulzando 70 veces más que el azúcar.
  • en polvo blanco, endulzando 200 veces más que el azúcar.

Es ideal para los diabéticos ya que regula los niveles de glucosa en la sangre y regula la insulina, además de  estar recomendada  para los hipertensos, pues baja la presión arterial.

Eso sin contar que es altamente digestiva, saciante, diurética y protege frente a resfriados y gripes.

Vamos, que con razón la llaman «oro verde».

En conclusión, no está demostrado que los edulcorantes artificiales sean realmente cancerígenos, pero sí que está demostrado que los productos naturales son eso, naturales, y yo optaré por ellos.

Eligo la stevia porque no creo que una planta sea cancerígena.

Algunas investigaciones sospechan que la Stevia no es un producto adecuado para niños, embarazadas o lactando, debido a uno de sus componentes «la rutina», pero no está demostrado. En estos casos la mejor opción sería el azúcar moreno.

TABLA DE EQUIVALENCIAS

1 taza de azúcar = 1 cucharadita de Stevia líquida o en polvo

1 cucharada de azúcar = 1/4 cucharadita de polvo, o de 6 a 9 gotas de Stevia líquida

1 cucharadita de azúcar = desde una pizca hasta 1/16 cucharadita de Stevia en polvo*, o de 2 a 4 gotas de Stevia líquida